Inicio | Imaginería | Lágrimas de San Pedro
En 1909, igual que sucedía con la Virgen de la Soledad, la Cofradía de la Vera Cruz, adquiría en los talleres de Francisco Gómara de Barcelona, esta pequeña escultura. La intención era, sin duda, ir completando el ciclo pasional con los diferentes protagonistas de la narración evangélica, para facilitar la comprensión del proceso al ilustrarlo con imágenes durante las procesiones de la Semana Santa. La escultura de San Pedro, arrodillado en el momento de su arrepentimiento por la negación de Cristo, refleja el dolor del instante. En sus manos sostiene las llaves simbólicas que siempre le acompañan en su caracterización iconográfica.
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